Atomic Habits es el mejor libro de desarrollo personal que he leído y creo que todos deberían leerlo. Déjame explicarte por qué.

Todos tenemos una idea del tipo de persona que nos gustaría llegar a ser. Moverse en esa dirección e ir logrando cosas es un elemento indispensable para llevar una vida satisfactoria y feliz. Nos sentimos bien cuando estamos satisfechos de las cosas que hemos hecho, de las que estamos haciendo y de las que tenemos pensado hacer.

A pesar de la importancia de perseguir nuestros proyectos y ambiciones, hacerlo puede resultar muy difícil: la inercia, la incertidumbre, el miedo o la falta de tiempo, todo conspira para evitar hacer lo que sabemos que necesitamos hacer. Así pasa el tiempo y vamos acumulando frustración por no lograr avanzar, incluso cuando tenemos claridad sobre esa visión de nuestro futuro que nos haría sentir orgullo. En algún momento, terminamos en escenarios de este tipo:

“Quiero tener un buen estado físico, pero no logro hacer ejercicio ni comer sano”

“Me encantaría explorar mi veta artística, pero nunca dedico tiempo a hacer mi arte”

“Me gustaría cuidar mi salud mental, pero no consigo alejarme de las cosas que me generan ansiedad”

El gran desafío de cambiar y desarrollarse es un desafío de implementación. Si no haces lo que quieres hacer, no es porque no tengas motivación, carácter o la capacidad para hacerlo. Es simplemente porque no sabes cómo aterrizar ese cambio deseado en tus acciones diarias.

De esto se trata Atomic Habits: es un recetario sobre cómo cambiar, cómo implementar las prácticas necesarias para hacer las cosas que tanto anhelamos. Según el libro, alcanzar cualquier resultado requiere cambiar nuestros hábitos, porque los grandes logros en nuestra vida no son transformaciones que ocurren de la noche a la mañana, sino el producto de las cosas que hacemos todos los días.

El libro está fuertemente basado en la práctica: técnicas para desarrollar buenos hábitos y eliminar los malos, basado en evidencia científica e historias interesantes que lo hacen muy rápido de leer. A mí me encantó y se lo recomiendo mucho a cualquier persona que esté buscando instaurar nuevas prácticas en su vida, sin tener mucha claridad sobre cómo hacerlo.

Vamos a las ideas principales, a ver si logro convencerte.

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Las mejores ideas

  • El éxito es el producto de tus hábitos diarios, no una transformación que ocurre de un día para otro. Tus resultados son una medida desfasada de tus hábitos. Si quieres mejores resultados, olvídate de las metas y enfócate en los sistemas para llegar allá.
  • Para lograr un cambio permanente, es mucho más efectivo enfocarte en el tipo de persona que quieres llegar a ser que en lo que quieres lograr en específico. Cuando defines tu identidad deseada de esta forma, puedes llegar a ella a través de tus hábitos diarios.
  • Un hábito es un comportamiento que se vuelve automático al repetirlo muchas veces. Cada hábito consiste de cuatro etapas: señal, deseo, acción y recompensa. Para instaurar un hábito nuevo o eliminar uno viejo, podemos apalancarnos en cualquiera de estas etapas en base a 4 reglas.
  • La primera regla es hazlo obvio. Para desarrollar un nuevo hábito, haz que la señal que gatilla ese hábito sea lo más evidente posible. Una forma efectiva de hacer un hábito obvio es desarrollar una implementación de intención: definir la hora y el lugar exacto donde harás lo que quieres hacer.
  • Otra forma de aplicar la primera regla es usar el encadenamiento de hábitos (habit stacking): puedes definir que tu nuevo hábito ocurrirá justo después de un hábito que ya tienes. Por ejemplo: meditar cinco minutos justo después de lavarte los dientes.
  • La primera regla tiene una inversión: hazlo invisible. Cuando un hábito está instituido, es difícil olvidarlo. Lo mejor es evitar la tentación completamente, reduciendo cualquier exposición a este. Si quieres usar menos tu teléfono, por ejemplo, procura no tenerlo a la vista.
  • La segunda regla es hazlo atractivo. Puedes hacer un hábito más atractivo al vincularlo con un comportamiento placentero ya existente. Por ejemplo, voy a hacer una pausa activa justo antes de tomarme un café.
  • Los hábitos se vuelven más atractivos cuando son el comportamiento normal en un grupo de personas. Para construir mejores hábitos, pasa a formar parte de una cultura donde tu comportamiento deseado sea lo normal: un grupo deportivo, un club de lectura, una clase de meditación, etc.
  • La tercera regla es hazlo fácil. Para instaurar un hábito, la clave es poner el foco en la repetición, no en la perfección. La cantidad de veces que haces algo es mucho más importante para que se transforme en un hábito que el tiempo total que llevas haciéndola.
  • Los humanos tendemos al mínimo esfuerzo: nos motiva lo que se nos da fácil. Para instaurar un hábito nuevo, diséñalo de tal forma que sea muy fácil de hacer y organiza tu ambiente para ello (por ejemplo: ten siempre un libro a mano si quieres leer más seguido). Esto te ayudará a hacerlo incluso cuando no tienes ganas.
  • Para instaurar un hábito nuevo podemos usar la regla de los dos minutos: partir dominando una versión del hábito que solo dure dos minutos. En vez de salir a correr media hora dos veces a la semana, correr dos minutos (sí, solo dos minutos) cinco días a la semana. Primero hay que estandarizar un hábito, luego optimizarlo o escalarlo.
  • La inversión de la primera regla es hazlo difícil. Para eliminar un mal hábito, podemos aumentar la fricción que requiere comenzar a hacerlo. Si quieres ver menos Netflix, puedes cambiar la contraseña de tu cuenta por una muy difícil y dejarla anotada en un papel. Lo difícil que se te hará entrar la próxima vez te hará pensar si es la mejor opción.
  • La cuarta regla es hazlo satisfactorio. Repetimos las acciones que tienen una recompensa inmediata. Para hacer que un hábito se repita, puedes implementar alguna acción que te haga sentir éxito cada vez que lo hagas, por ejemplo: registrar tu progreso o compartirlo con un ser querido.
  • Podemos hacer atractivo evitar un mal hábito al definir una forma tangible de ver sus beneficios. Por ejemplo, para dejar de fumar: ahorrar una cantidad pequeña de dinero cada día que logremos hacerlo. Y que ese dinero esté destinado a algo que deseemos (un viaje, por ejemplo).
  • Un principio clave para mantener un hábito es nunca saltárselo dos veces. Fallar una vez es un accidente, pero fallar dos es el comienzo de un des-hábito. Lo importante es hacerlo incluso en los días difíciles.
  • El aburrimiento de repetir lo mismo una y otra vez es el gran enemigo del éxito. Para lograr resultados excepcionales, tenemos que aprender a tolerar el aburrimiento y seguir trabajando especialmente cuando no nos motiva. Esa es la diferencia entre un profesional y un amateur.
  • Los hábitos tienen un lado negativo: cuando hacemos algo de forma automática dejamos de pensar en cómo podríamos hacerlo mejor. Asumimos que acumular experiencia es igual a mejorar. Para alcanzar nuestro potencial es necesario combinar los hábitos con práctica deliberada: cuando un hábito se empieza a volver fácil, cambiarlo para que siga siendo desafiante.

Espero que alguna de estas ideas te haya servido. Anoté muchas cosas más de este libro, pero tampoco quiero spoilearlo completamente. Si alguna idea te llamó la atención, cuéntame en los comentarios para que sigamos conversando.

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