¡Hola!

Esta es otra edición de Libres. Un newsletter sobre libros que llega tarde pero con la tarea hecha.

Abril fue un mes caótico que se me pasó volando. Entre tanta dispersión, me esforcé por concentrarme en terminar un libro gordo y difícil que venía pateando desde hace un par de meses: Moby Dick.

Terminarlo fue arduo pero valió la pena. Déjame contarte por qué.

Porque más vale tarde que nunca, vamos al Libre de Abril.


Moby Dick, de Herman Melville

Moby Dick es un libro del año 1851 escrito por el autor estadounidense Herman Melville. La historia de Melville es curiosa y un poco triste: comenzó escribiendo novelas populares y luego decidió volcarse a narraciones más filosóficas y profundas como Moby Dick. Este cambio no le gustó al público —ni a la crítica especializada— y Melville acabó sus días sin mucho reconocimiento ni dinero.

No fue sino hasta cien años después de publicada que Moby Dick fue redescubierta por escritores con fama que la elevaron al estatus de “La Gran Novela Americana” que tiene hoy. Como ilustración, podríamos decir que Moby Dick es como El Quijote de La Mancha pero gringo. Para los entusiastas de la literatura, se supone que es uno de esos clásicos que “hay que leer”. (Como El Quijote, que dejaremos para 2022 yo creo 😅).

El libro nos cuenta la historia de Ismael, un marino que se integra al Pequod, un barco ballenero. Una vez se hacen a la mar, el capitán del barco —llamado Ahab— confiesa a la tripulación su verdadero propósito: darle caza a Moby Dick, un bestial cachalote albino que le arrancó la pierna de un mordisco en su última expedición. En varios capítulos, Ismael desaparece completamente como personaje y actúa como narrador de lo que ocurre en el Pequod y de la tormentosa y destructiva obsesión de venganza del capitán Ahab.

Es un libro inmenso en varios sentidos. Mi edición tiene casi setecientas páginas y está lleno de vocabulario náutico que es imprescindible ir estudiando para entender algo del contexto en que está ocurriendo la historia. Melville fue marino varios años de su vida y no se avergüenza en demostrarlo.

Tampoco se avergüenza por interrumpir la historia capítulo por medio para exponer cada uno de los detalles de la anatomía de las ballenas y cachalotes (son diferentes 😠), del proceso de caza, de la extracción de su aceite, de las costumbres de los barcos balleneros y miles de cosas más. Esta estructura es lo que hace al libro interesantísimo y muchas veces insoportable. Melville es tan obsesivo por describir cada detalle de la vida ballenera como Ahab por vengarse de Moby Dick. Y aun así, muchos de los grandes momentos del libro están en sus descripciones enciclopédicas.

También es un libro inmenso en temáticas: existencialismo, venganza, clases sociales, conflictos raciales y culturales, humor, admiración por la naturaleza, animalismo, camaradería, drama, religión y filosofía; en Moby Dick hay de todo. Esto es lo que lo hace finalmente un clásico, su infinidad de temas que permiten tantas lecturas como lectores capaces de aguantar hasta el final.

Para mí, el tema más interesante del libro es la obsesión de venganza de Ahab. Citando un pasaje de Moby Dick, el pobre capitán “acabó por identificar con la ballena no sólo todos sus males corporales, sino todas sus exasperaciones intelectuales y espirituales”. La obsesión de Ahab es profunda, épica y me dio mucho que pensar en la obsesión como fenómeno autodestructivo y a veces admirable. El mundo sigue lleno de Ahabs y en Moby Dick tal vez hay una clave para entenderlos mejor.

Me costó llegar al final del libro, pero me siento satisfecho de haberlo terminado. Los últimos capítulos son de una profunda belleza y nostalgia que me dejaron con ganas de más. De hecho, creo que lo leería de nuevo pero saltándome todas las partes sin narración.

¿Deberías leerlo tú o no? En mi opinión, si tienes un interés profundo por la literatura como disciplina, entonces sí. Por el otro lado, si te gustan los libros para pasar el rato —lo cual es completamente respetable, y mucho más sensato, por cierto—, entonces tu tiempo será mejor destinado a otros libros.

Como decía Roberto Bolaño en 2666 —un libro que anda por ahí con este, ya que estamos en esto—: Moby Dick es una de las grandes obras: “imperfectas, torrenciales, las que abren camino en lo desconocido … combates de verdad en donde los grandes maestros luchan contra aquello, ese aquello que nos atemoriza a todos, ese aquello que acoquina y encacha, y hay sangre y heridas mortales y fetidez”.

Si te atreves a presenciar esta lucha, Moby Dick es para ti.


Gracias por leer hasta acá.

Quería aprovechar de contarte que hice un par de visualizaciones en LinkedIn que dieron harto que hablar. Una es sobre las distintas empleabilidades de ingeniería comercial y la otra sobre el fanatismo (o falta de este) por la música nacional en Latinoamérica. Échales un ojo.

El capítulo 6 de Incrementalmente está grabado pero sin editar todavía (my fault). Si te lo perdiste, aún puedes escuchar el capítulo sobre Atomic Habits, que ahora pasó a ser el más popular de todo el podcast. 🎉

Espero que tu mayo (y el mío) traiga menos encierro y más libros que Abril.

Un abrazo,

Francisco

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