¡Hola!

¿Cómo va el verano? Por acá trabajando harto. La nueva ola de Covid nos tiene locos en Examedi.

Durante enero me ha costado mantener mis otras actividades: leer, meditar, escribir y hacer deporte. Sigo haciendo todas, pero con menos frecuencia e intensidad de la que me gustaría.

En períodos como este, mi consejo es no atormentarse por no estar al estándar que uno quiere, ser benevolente con uno mismo y preguntarse: ¿cómo puedo reconstruir el espacio para las cosas que son más importantes para mí?

Aplicando mi propio consejo, este newsletter solo trae la reseña de un libro 😅. Sí, la charla motivacional de arriba era para excusarme.

Resulta que empecé un libro que no me gustó y lo dejé. Después leí una novela que me encantó y ahora me encuentro a la mitad de otro libro pero no tuve las ganas de “apurarlo”. Queda para la próxima edición.

Para compensar, aproveché de escribir un poco sobre una película: Don’t Look Up. La vi hace un par de días y pensé: “igual hay cosas acá de las que podría escribir”. Así que veamos cómo sale.

Sin más preámbulos, vamos a los “Libres” de Enero.


“No conseguí resolver el dilema. Quería tener sitio en mi interior para ambas cosas: la comprensión y la condena. Pero las dos cosas al mismo tiempo no podían ser.”

El lector es una novela alemana del año 1995. La leí solo porque estaba en el librero: mi polola la había leído alguna vez (aunque no se acordaba ni de la trama) y la sinopsis me pareció interesante. Resulta que tuve mucha fortuna: me encantó el libro y lo recomiendo completamente.

La historia es breve. Trata de un estudiante alemán que asiste a un juicio contra una mujer que trabajó en un campo de concentración y con quien tuvo un vínculo sentimental en su adolescencia. Es una novela psicológica: la acción está en la mente del protagonista, en cómo se debate entre “la comprensión y la condena” hacia esta mujer y lo que significa para él.

Ese es el gran tema de la historia: cómo las generaciones posteriores al nazismo en alemania se han aproximado a comprender los horrores cometidos por sus compatriotas durante el Holocausto. Es un tema profundísimo y siempre contingente: cada generación ha hecho cosas — o ha sido cómplice de ellas mediante su inacción — que en un futuro serán consideradas como atrocidades. En el pasado fue la esclavitud y el genocidio, pero en el futuro podría ser la tortura sistemática de los animales no humanos o la injusta repartición de la riqueza en el mundo de hoy.

¿Cómo debe lidiar una generación con los horrores cometidos por sus abuelos y padres? O en palabras del protagonista: “¿Cómo se aspira a comprender lo que en sí es incomprensible, a hacer del horror un objeto de comunicación, en lugar de asumirlo como algo ante lo que sólo se puede enmudecer?" Estas son preguntas importantes y difíciles. Este libro ayuda a entender su complejidad.

En síntesis, esta novela me gustó mucho y tiene todo lo que busco en la literatura: me hizo emocionar y pensar. Lo mejor es que es súper breve, así que la agregaré a mi lista de “libros que recomendar a alguien que quiere empezar a leer novelas”.

🍿 Don’t Look Up, de Adam McKay

“We really did have everything, didn’t we?”

El 24 de diciembre se estrenó en Netflix Don’t Look Up y no tardó en convertirse en una de las películas más virales del último tiempo. No podía ser distinto: tiene un elenco de primera y trata un tema actual y polémico.

La protagonizan Leo DiCaprio y Jennifer Lawrence, interpretando a dos astrónomos sin mucho prestigio que descubren un cometa que exterminará el planeta en 6 meses. Juntos, se lanzan en una cruzada para que el mundo tome acción, pero se encuentran con los oídos sordos de una clase política incapaz de pensar más allá del corto plazo y una ciudadanía más preocupada de la farándula que del fin del mundo.

En una primera lectura, la película es una sátira de la forma en que estamos “enfrentando” el cambio climático: una crisis planetaria archi comprobada por la ciencia, donde lo único que falta es la voluntad (política e individual) de hacer algo.

Según lo que estuve leyendo, mucha gente odió esta película porque retrata de forma muy simplista a la derecha norteamericana y su discurso negacionista sobre la crisis ambiental. Creo que es una crítica razonable, pero, para mí, el problema que narra va más allá del partido político de turno.

En mi opinión, el problema de fondo es la incapacidad de conversar constructivamente en base a la evidencia científica disponible, utilizándola para generar un consenso y no como verdad absoluta para reforzar la identidad política que ya tenemos. Como se muestra en la película, hoy cada uno usa la evidencia científica que le conviene para apoyar su propia visión. Así lo hemos visto también en el debate sobre el cambio climático y la discusión sobre las políticas públicas para combatir la pandemia.

Este es un problema complejo, donde se mezcla el distanciamiento de la academia y su incapacidad para conectar con la ciudadanía, con el analfabetismo científico de gran parte de la sociedad. Esto, sumado a la mirada cortoplacista de quienes ocupan el poder político y la desproporcionada influencia de los grandes empresarios, hacen que el escenario sea verdaderamente dantesco.

¿Cómo solucionarlo? Honestamente, no tengo idea. Pero películas como esta sirven para pensar y además reírse un rato de lo mal que estamos. Échale un ojo y me cuentas qué te parece.


Muchas gracias por leer hasta acá. Nos vemos en la edición siguiente 👋🏻

Un abrazo,

Si llegaste hasta acá, te gustará lo que viene