Reflexiones después de un año sin tomar alcohol
Lo que aprendí de la vida en abstinencia.
Lo que aprendí de la vida en abstinencia.
Filosofía, ecología y otras cosas que me sorprendieron este año.
Un experimento que salió mejor de lo que esperaba.
El buen uso del ocio, es producto de la civilización y la educación — Bertrand Russell
Una ética de la virtud.
Seguramente has escuchado hablar del libro Sapiens: De animales a dioses (Sapiens: A Brief History of Humankind, en inglés). Este libro fue publicado en 2014 y se ha transformado en una de las obras de no-ficción más populares de los últimos años, llegando a vender más de 16 millones de copias en todo el mundo. El autor de Sapiens, Yuval Noah Harari, ha pasado a ser uno de los intelectuales más influyentes del presente y actualmente es común verlo en entrevistas haciendo pronósticos sobre el futuro de la especie humana.
Justo hace un año terminé de leer uno de los libros que más influencia ha tenido en mi forma de ver la vida. El libro se llama Meditaciones y contiene las reflexiones personales de Marco Aurelio, un emperador romano del siglo II d.C. Además de dirigir el Imperio Romano, Marco Aurelio fue el último gran pensador de una corriente filosófica llamada estoicismo. Leer sus pensamientos fue impresionante para mí, porque en ellos vi materializadas muchas ideas personales sobre cómo vivir que no había visto sistematizadas en ningún otro lugar.
Establecer un hábito positivo en tu vida, como hacer deporte o leer, es difícil. Y para qué decir, hacer desaparecer un hábito con consecuencias negativas en el largo plazo, como fumar o gastar mucho: eso sí que a veces parece imposible. Muchas veces, aunque tengamos todas las ganas de cambiar, cuando llega la hora de tomar la decisión crucial — levantarse temprano a entrenar, o abrir tu libro en vez de Twitter antes de dormir — nos falla la fuerza de voluntad.
Hace unas semanas, la inteligencia artificial AlphaFold, creada por Google, realizó un avance revolucionario en el problema de plegamiento de proteínas, un desafío que ha tenido a los mejores biólogos del mundo cabeceándose por más de 50 años sin muchos resultados. Un par de semanas después, Boston Dynamics, una empresa de robótica (ex Google, ahora parte de Hyundai), publicó un video de año nuevo en el que sus robots hacían una entretenida coreografía bailando con más soltura que muchos humanos y cambiando para siempre el significado de “hacer el paso del robot”.
Me encantan las metas de año nuevo. Sé que el 31 de diciembre es un día como cualquier otro, pero no puedo evitarlo: me entusiasma pensar en desafíos para los 365 días que vienen. Comer sano, ahorrar más o ser mejor persona; cualquier deseo vale cuando celebramos una vuelta planetaria. Como dice la canción: “Qué lindo que es soñar, soñar no cuesta nada”. Eso sí, hay una cosa que detesto de las new year resolutions: lo fácil que es olvidarlas completamente cuando enero no lleva ni dos semanas.