Una lengua muy muy larga: Más de cien historias curiosas sobre el español es un libro de la académica y divulgadora española Lola Pons. En capítulos cortitos, este libro te cuenta anécdotas sobre el español en todas sus dimensiones: letras, sonidos, palabras y gramática, entre otras. Todas las historias están contadas con humor y entusiasmo, así que se hace muy entretenido de leer.

Si eres de esas personas que siempre se está preguntado por qué algo se escribe de una forma y no de otra, de dónde vienen algunas palabras, o por qué hay que escribir la letra “h” si no suena, este libro te va a encantar. A mí me gustó mucho.

No solo es un libro anecdótico, hay una idea muy importante que subyace a todas sus historias: el español es una lengua viva, y como tal, cambia constantemente y seguirá haciéndolo. Los protagonistas de estos cambios somos los y las hablantes: nosotros decidimos, al aceptar y difundir estos cambios, cómo será el español del futuro.

Por esto mismo, no tiene mucho sentido hablar de una forma “incorrecta” de escribir o decir que una palabra “no existe” si no está en el diccionario de la RAE. La RAE registra el uso del español y recomienda normas de uso, pero la última palabra siempre la tendremos los hablantes. En palabras de Lola:

“En la lengua no pueden gobernar ni un particular solo ni una institución sola: la victoria siempre depende de que los hablantes, en su uso, quieran o no hacer algo”

Especialmente en Chile, creo que nos vendría bien reforzar esta idea para aprender a valorar la diversidad en nuestro idioma. No hablamos mal español, simplemente hablamos nuestro español. Las cosas cambian, y lo que se considera incorrecto hoy podría ser el estándar del futuro.

Acá te dejo un resumen breve de las cinco historias que más me sorprendieron, para que te animes a leerlo tú.

Cinco historias que me sorprendieron

  • En latín se usaba la forma NON para negar, pero no había ninguna palabra específica para decir que sí. Para contestar una pregunta, se usaba el mismo verbo de la pregunta (¿comiste? → comí) el cual a veces iba acompañado de otras palabras para enfatizar. Por esto, las lenguas que derivaron del latín comparten la raíz en sus negaciones (son todas no o non) pero tienen diferencias para decir que sí. El del español es oui en francés, òc en occitano y da en rumano.
  • En el estudio de la lengua, existen las palabras fantasmas: palabras que nunca se han usado, pero que se encuentran registradas en los diccionarios por errores de lectura o escritura que se van manteniendo a lo largo de los años. Aún existen muchas palabras fantasma identificadas que nadie se atreve a borrar, por lo difícil que es probar que una palabra nunca se usó.
  • La forma en que construimos adverbios en español, tomando un adjetivo y sumándole la palabra “mente” (feliz → felizmente) viene del latín tardío y significaba literalmente hacer algo con cierta disposición en la mente.
  • La palabra “trabajo” viene del latín tripalium, que era un instrumento de tortura compuesto por tres palos. De este martirio salió el significado de trabajo como castigo que luego derivó en el significado que le damos hoy.
  • Desde la edad media que se perdió la diferencia fonética entre la b y la v, por lo que afirmar que estas dos letras se pronuncian de forma diferente no tiene fundamento. Es un mito del que algunas personas están muy convencidas, pero la misma RAE dice: “La pronunciación de la v como labiodental no ha existido nunca en español”. De todas formas, la RAE, en sus reformas del siglo XVIII, decidió mantener la dos letras por razones etimológicas, es decir, para recordar la palabra de origen en latín.

¿Te gustaron estas anécdotas? ¿Tienes alguna otra gran duda sobre el español? Cuéntame en los comentarios. Y si te interesa la historia del español, te recomiendo seguir a Lola Pons en su blog.

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