Seguramente has escuchado hablar del libro Sapiens: De animales a dioses (Sapiens: A Brief History of Humankind, en inglés). Este libro fue publicado en 2014 y se ha transformado en una de las obras de no-ficción más populares de los últimos años, llegando a vender más de 16 millones de copias en todo el mundo. El autor de Sapiens, Yuval Noah Harari, ha pasado a ser uno de los intelectuales más influyentes del presente y actualmente es común verlo en entrevistas haciendo pronósticos sobre el futuro de la especie humana.

¿Por qué le ha ido tan bien a Sapiens? Parte de su popularidad se debe a quiénes lo han recomendado. Famosos de la talla de Bill Gates, Barack Obama, Natalie Portman y Mark Zuckerberg lo han calificado como una obra indispensable para comprender los grandes dilemas que enfrenta la humanidad hoy. De esta forma, Sapiens se ha transformado en uno de esos libros que hay que leer si uno quiere ser culto.

Debido a su popularidad, las propuestas de este libro — especialmente las más controversiales, como: “la agricultura es el fraude más grande de la historia” o “los derechos humanos solo existen en nuestra imaginación” — se han comenzado a establecer en el repertorio de ideas de toda una generación. Tal vez, los arqueólogos del futuro verán en Sapiens la Biblia de este milenio. O de la década, al menos.

Que un libro de no-ficción tenga tanto éxito es algo que no ocurre muy seguido. No cabe duda de que es bueno que la gente lea más. No obstante, la popularización indiscutida de las ideas de un libro como Sapiens puede terminar causando más daño que aporte a las conversaciones. Como advertía Miguel de Unamuno: “cuanto menos se lee, hace más daño lo que se lea”.

Desde esta perspectiva, el fenómeno Sapiens es inquietante e invita a preguntarse: ¿por qué han tenido tanto impacto las ideas de este libro? ¿qué nos dice su popularidad sobre la sociedad de hoy? ¿en qué se equivoca este libro, cuáles son sus puntos débiles? y finalmente, si Sapiens va a ser el libro que nos guíe durante los próximos años ¿vamos por buen camino?

En este artículo responderé estas preguntas, basándome en mis reflexiones y apoyándome en las ideas de otros autores que han comentado y criticado este libro. Si no has leído Sapiens, este artículo te va a dejar claro cuáles son sus ideas centrales, con sus fortalezas y debilidades. Si ya lo leíste, va a ser una excelente forma de reflexionar sobre estas ideas y cuestionarlas. Si te animas, comencemos por lo fácil: exponer las ideas principales de Sapiens.

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Resumen e ideas principales de Sapiens

Sapiens intenta contar una breve historia de la especie humana. A lo largo de sus 400 páginas, el autor narra los grandes hitos en el desarrollo de los Homo Sapiens, explicando cómo llegamos a ser el animal que terminó definiendo el futuro del resto de seres vivos del planeta. El libro está divido en cuatro grandes secciones abarcan cuatro momentos esenciales en la historia de la humanidad, los cuales repasaremos a continuación.

La revolución cognitiva

Según Sapiens, la principal característica que nos diferencia de cualquier otro animal es nuestra capacidad para cooperar de forma compleja y flexible en comunidades de gran tamaño. Esta habilidad surgió con la aparición de nuevas facultades mentales hace unos 50 mil años y recibe el nombre de revolución cognitiva. Así comenzó la historia de los Homo Sapiens.

En esta sección aparece el argumento más importante de libro. Sapiens propone que una de las habilidades esenciales que obtuvimos en esta revolución cognitiva fue la capacidad para imaginar, hablar y creer en cosas que no existen en el mundo material, las que él llama ficciones. Según el libro: “nunca convenceremos a un mono para que nos dé un plátano con la promesa de que después de morir tendrá un número ilimitado de bananas a su disposición en el cielo de los monos”. Entre humanos, por el otro lado, este tipo de acuerdos es posible y común. Gracias a este tipo de acuerdos, el comportamiento humano se independizó de la biología y comenzó a depender de la cultura.

En el marco conceptual de Sapiens, todo es entendido como ficción: las religiones y sus dioses, las naciones, el dinero, los derechos humanos, la justicia y las leyes; nada inmaterial existe más allá de la imaginación humana. Según este libro, no hay diferencia alguna entre la danza de la lluvia y las instituciones modernas: ambas son ficciones que nos permiten cooperar en sociedades complejas y nos han llevado a conquistar el resto del planeta. Según el libro, esta conquista produjo que — incluso antes de desarrollar la agricultura — ya hubiéramos causado el mayor desastre ecológico en la historia del planeta.

La revolución agrícola

La segunda gran revolución en la historia de la humanidad, es la revolución agrícola, que ocurrió hace unos 10 mil años. En distintos lugares del planeta, los humanos dejamos de recolectar y cazar para dedicar nuestro tiempo y esfuerzo a controlar laboriosamente la vida de un grupo selecto de animales y plantas. Este estilo de vida se mantiene hasta hoy: más del 90% de las calorías que consumimos en el presente provienen del mismo grupo de plantas que domesticamos hace al menos 3 mil años.

Según Sapiens, la revolución agrícola ha sido “el fraude más grande de la historia”. Este cambio de estilo de vida terminó produciendo una peor alimentación, peor salud, menor resistencia frente a los desastres naturales y mayor violencia entre las comunidades, además de obligarnos a quedarnos siempre en el mismo lugar, haciendo de nuestras vidas menos interesantes. El libro llega a afirmar que fueron las plantas quienes domesticaron a los Homo Sapiens, y no al revés. Ahora bien, desde un punto de vista evolutivo, la revolución agrícola fue todo un éxito para nuestra especie, ya que permitió una expansión poblacional como nunca antes habíamos visto.

Si la agricultura nos trajo tanta miseria, ¿por qué la escogimos como forma de vida? Lo que se propone en el libro es que no fue una decisión consciente, sino que caímos en una trampa. Sin darnos cuenta, fuimos invirtiendo más tiempo y esfuerzo en un grupo limitado de especies vegetales con la esperanza de que en algún futuro esto nos permitiera descansar y vivir más tranquilos. Pero este momento nunca llegó. Y cuando nos dimos cuenta, el crecimiento poblacional ya no nos permitía volver atrás. Esta idea: de que gran parte de nuestra historia se explica de forma accidental, se repite en otras partes del libro.

La unificación de la humanidad

En la tercera sección, Sapiens propone que la historia universal de la humanidad ha mostrado una tendencia clara: se dirige hacia la unificación de una cultura global. Actualmente, casi toda la población del planeta comparte el mismo sistema geopolítico, económico, legal y científico. Esta capacidad de coordinación global — que nos hace únicos como especie — ha sido instaurada por tres principales sistemas: el dinero, los imperios y las religiones. El libro dedica un capítulo a cada uno de estos temas.

Sapiens es bastante elogioso con dinero, lo define como el sistema más universal y eficiente de confianza mutua que ha desarrollado la humanidad. El intercambio de monedas por bienes permite que incluso personas que no se conocen y no confían unas en otras puedan cooperar de manera efectiva.

Sobre los imperios, Sapiens propone que han sido esenciales en la unificación de la cultura humana. Aunque hoy “imperialista” sea uno de los peores insultos políticos, desde una perspectiva histórica, todos vivimos en una cultura que perpetúa algún legado imperial a través de su lenguaje o cultura.

En tercer lugar, Sapiens habla sobre el desarrollo las religiones: sistemas de valores basados en la creencia en un orden más allá de lo humano. Las religiones han cumplido un rol esencial en dar legitimidad a las ficciones que los humanos hemos inventado para cooperar. Según Sapiens, las ideologías como el capitalismo o el liberalismo también son religiones.

Esta sección concluye con el libro afirmando que la cultura que finalmente prevalezca en la unificación de la humanidad no será necesariamente una cultura en la que los individuos sean favorecidos, ya que “la dinámica de la historia no se dirige a mejorar el bienestar humano”.

La revolución científica

El último hito en la historia de la humanidad ha sido la revolución científica, que comenzó hace unos 500 años. Según Sapiens, el elemento fundamental de este cambio fue nuestra disposición a admitir que hay una infinidad de cosas sobre el mundo que no sabemos, pero que podríamos saber. En palabras del libro, la revolución científica ha sido “sobre todo, una revolución de la ignorancia”.

Sapiens propone que la ciencia por sí sola no habría sido capaz de producir el mundo como lo conocemos ahora, por lo que ha necesitado de dos estrechos aliados que permitieron su progreso: el imperio y el capitalismo. El libro propone que el desarrollo científico es incapaz de definir sus prioridades, por lo que siempre debe ser dirigido por la ideología o religión del momento.

Según Sapiens, casi todas las disciplinas científicas nacieron al alero de un proyecto imperial que les proveía recursos y protección a cambio de conocimiento, desarrollo tecnológico y justificaciones ideológicas para dominar el mundo. El otro gran colaborador de la ciencia ha sido el capitalismo: el sistema que prioriza el crecimiento económico por sobre todo lo demás. La ciencia ha sido capaz de sustentar la ambición infinita de crecimiento que tiene este sistema, por ahora. La unión entre la ciencia y el capitalismo dio origen a la revolución industrial, que protagoniza la degradación ecológica que vivimos hoy.

Los últimos capítulos de Sapiens se preguntan sobre el futuro de la humanidad y plantean algunos de los principales dilemas a los que nos enfrentaremos. Lo más importante según este libro es que nuestra capacidad para alterar nuestra biología va a terminar transformando completamente la especie humana como la conocemos: pasaremos de la evolución natural al diseño inteligente de las especies. Por lo tanto, lo que más debería ocuparnos es definir en qué tipo de especie nos queremos convertir.

Sapiens es un libro con muchas virtudes. Está escrito con claridad, introduce varios temas interesantes sobre diversas disciplinas y plantea puntos de vista provocativos sobre la historia de nuestra especie. Estos elementos lo hacen un buen libro de divulgación científica e histórica y explican parte de su popularidad.

Pero no todos los buenos libros de divulgación tienen tanto impacto cultural como Sapiens. En mi opinión, hay un elemento que hace de este libro algo especialmente atractivo para todo el mundo: Sapiens plantea ideas polémicas y difíciles de contraargumentar que cualquier lector puede llevarse para repetir en su próxima discusión sobre casi cualquier tema. Nadie lee Sapiens sin llevarse alguna frase o argumento controversial con el cual poner de cabeza su próxima discusión entre amigos o colegas.

La controversia es un elemento esencial del mundo en que vivimos. La crítica destructiva y el comentario irónico son herramientas indispensables en los debates de hoy, donde lo importante no es construir un acuerdo sino probar que el otro está profundamente equivocado. Y si algo hace bien Sapiens, es exponer las contradicciones de las culturas humanas y cuestionar los fundamentos de las sociedades. El autor de Sapiens deja clara su opinión sobre nuestra especie al cierre del libro, cuando dice: “el régimen de los Sapiens sobre la Tierra ha producido hasta ahora pocas cosas de las que podamos sentirnos orgullosos”.

Como ejemplo, veamos una de mis polémicas favoritas en este libro: la comparación que se hace entre la dictadura brasileña del siglo XX con los pueblos indígenas del Amazonas en esa misma época. Después de comparar las tasas de mortalidad, el autor llega a la conclusión de que “el brasileño promedio en Río de Janeiro tenía muchas menos probabilidades de morir a manos humanas que el waorani, arawete o yanomamo promedio” (tribus amazónicas). Y con esa comparación — absurdamente simplista y provocativa — ya nos basta para poner en aprietos a la próxima persona que escuchemos hablar sobre la sabiduría ancestral de los pueblos indígenas.

Más allá de la simple controversia, parte de la gracia de Sapiens radica en que sus ideas están presentadas como avaladas por la ciencia, lo cual las hace difíciles de contraargumentar. Este discurso cientificista resulta muy atractivo para esas personas que todavía creen que es posible demostrar científicamente algo, como si las herramientas de la ciencia tuvieran la última palabra a la hora de entender fenómenos tan complejos como las sociedades y culturas humanas. Como veremos en la próxima sección, las supuestas bases científicas de Sapiens son ampliamente criticadas desde varias disciplinas y presentan algunas inconsistencias fundamentales.

Además de ser provocativas y aparentar solidez, la forma en que están planteadas las ideas de este libro explican una parte importante de su éxito. La mayoría de los aforismos polémicos de Sapiens están planteados en frases cortas — casi tweets — que uno se puede llevar para repetir sin mucha reflexión. En esta era, donde lo importante es que las ideas sean breves, controversiales y aparenten profundidad, Sapiens sabe darle al público lo que quiere y necesita.

Las principales críticas

Las ideas de Sapiens han recibido muchísimos elogios, especialmente en el mundo de los negocios y la tecnología. No obstante, en algunos círculos académicos — especialmente en las disciplinas de historia y antropología — ha sido blanco de bastantes críticas. En esta sección repasaremos algunas de las principales y veremos por qué los planteamientos de este libro no son tan sólidos como casi todo el mundo cree.

Especulación en base a imprecisiones históricas

Una de las principales críticas que ha recibido Sapiens es que muchos de los recuentos históricos que se hacen en el libro son imprecisos. Por supuesto, es imposible que un libro que pretende resumir miles de años de historia haga generalizaciones que dejen a todos contentos. No obstante, el problema de Sapiens es que sus planteamientos más controversiales están basados en estos hechos imprecisos o — según algunos autores — derechamente erróneos.

Por ejemplo, el especialista en historia española César Cervera, afirma que “gran parte de las afirmaciones sobre Cortés y Pizarro son falsas e incompletas” [1]. Otro ejemplo interesante son las críticas que hace el antropólogo C. R. Hallpike, según el cual “Harari sabe muy poco sobre las sociedades tribales y pareciera que no ha leído casi nada sobre la formación de los estados”. En un ensayo dedicado a refutar algunas de las ideas de este libro, Hallpike presenta evidencia histórica que cuestiona profundamente la explicación que se da en Sapiens a algunos fenómenos como el surgimiento de la escritura y a la aparición del monoteísmo [2].

Una de las interpretaciones históricas de Sapiens que más ha sido criticada es la que hace sobre el establecimiento del método científico. Según este libro, el reconocimiento de la ignorancia es lo esencial de este método. No obstante, el reconocimiento de la ignorancia ha ocupado un rol en la cultura occidental al menos desde Sócrates, por lo que es difícil sostener que esto sea central para el surgimiento del método científico. Algunos autores que han criticado esta idea proponen que otros aspectos — como la experimentación y la vinculación entre científicos y mercaderes — fueron mucho más importantes para el desarrollo de esta revolución [2], mientras que otros expertos señalan que el surgimiento de la ciencia ni siquiera fue una revolución como tal [3].

Como este último, hay varios ejemplos más, pero se entiende la idea de fondo: la evidencia histórica de Sapiens no es tan irrefutable como se presenta en sus páginas.

La confusa ficción

En el modelo que nos propone Sapiens, cualquier invención de la mente humana que no exista en el mundo material es una ficción. Esta es la idea más importante del libro y la base desde la cual el autor critica y cuestiona prácticamente todas las culturas, religiones e ideologías que hemos desarrollado en nuestra historia como especie.

La idea de que todo lo inmaterial es una ficción ha sido ampliamente criticada por varios autores. Uno de los más reconocidos es el antropólogo canadiense C. R. Hallpike [2]. Según él, hablar de ficciones es “una forma perversa de establecer el hecho obvio de que la cultura es un conjunto de ideas compartidas” y además, “solo porque algo no pueda ser visto, tocado u olido no significa que sea una ficción, como Santa Claus o el Ratón de los Dientes”. Confundir lo inmaterial con lo ficcional — que puede ser entendido como falso — es innecesario y oscurece la conversación en vez de aclararla.

Este entendimiento de las ficciones también es cuestionable desde otras perspectivas. En primer lugar, el hecho de que las jerarquías hayan aparecido prácticamente en todas sociedades del mundo invita a pensar que existen principios sociales que requieren ser entendidos como algo mucho más concreto que una simple creencia o ficción [2]. Por otro lado, el autor de Sapiens ignora u omite que algunos de los comportamientos morales, como el altruismo, también existen en otros animales [4]. ¿Significa esto que otros animales tienen sus propias ficciones o será que la frontera entre la biología y la ficción no es tan real como este libro propone? Finalmente, incluso si nos dejamos llevar por la perspectiva materialista que propone Sapiens, no podemos ignorar que nuestras ideas, pensamientos y “ficciones” tienen un sustento material en forma de conexiones y redes neurales. ¿Quiere decir esto que las neuronas y sus delicados gradientes electroquímicos son también una ficción? [5]

Aunque sigue siendo interesante, la ficción resulta ser un marco conceptual poco sólido para entender el mundo social que nos caracteriza.

Todo es ficción salvo lo que propongo yo

La idea de que todo es ficción resulta tan confusa para los lectores dispuestos a darle una vuelta, como para el mismo Yuval Noah Harari.

Veamos un ejemplo. Una de las ideas más polémicas de Sapiens es el cuestionamiento que hace este libro a la igualdad de derechos entre todos los seres humanos. Según Sapiens, la ciencia ha demostrado irrefutablemente que todos somos diferentes y por ende, la ficción de la igualdad de derechos tendría cada vez menos fundamento. Esta idea es interesante, pero contradictoria con otros planteamientos que se hacen a lo largo del libro. Por ejemplo, en Sapiens se critica a la especie humana por el cruel régimen de explotación industrial al que hemos sometido a otros animales. No obstante, si la biología prueba que no somos iguales — y por ende sugiere que es una ficción aspirar a los mismos derechos — ¿por qué deberían preocuparnos los derechos de los animales?

Esta contradicción se repite en otros momentos de libro, siguiendo la misma lógica: primero, se utilizan argumentos científicos para desmantelar cualquier ideología o religión, y luego, subrepticiamente, el autor propone sus propios valores sin mucho cuestionamiento. Esto es especialmente problemático en los últimos capítulos, en los cuales se propone que “nosotros” (la especie humana) debemos definir lo que queremos para nuestro futuro. Pero ¿no será que ese “nosotros” es una ficción también? Y si solo la ciencia puede decidir qué es lo correcto, ¿quiénes somos “nosotros” para tomar esta decisión?

Resulta lamentable que un intelectual con tanto arrastre como Yuval Harari termine en esta encrucijada, en la cuál es imposible hacer alguna propuesta sobre lo que queremos para nuestro futuro que sea algo más que una ficción.

¿Deberías leerlo? Mi opinión final

Sapiens me pareció un libro genial y me dio mucho en qué pensar. Es una obra importante, y por eso decidí dedicarle este artículo. Si tú no lo has leído, creo que definitivamente deberías hacerlo. No solo por ser un libro interesante, también por el impacto cultural que ha tenido. Leerlo te ayuda a entender nuestra historia como especie pero también algunas de las ideas más comunes en el presente.

Como vimos en este artículo, muchos de los planteamientos controversiales de Sapiens son bastante cuestionables. Esto no es necesariamente un problema: cualquier libro tiene derecho a equivocarse. En el caso de Sapiens, el problema no son las ideas, sino su popularidad y los lectores irreflexivos que las repiten sin hacer un cuestionamiento personal.

Si Sapiens va a ser el libro que guíe a la humanidad durante los próximos años, creo que deberíamos empezar a preocuparnos. Como argumenté, algunas de las ideas de este libro problematizan innecesariamente el debate en vez de ayudar a construir acuerdos sobre los valores fundamentales de nuestra especie (si es que los hay). Además, estas ideas contribuyen a popularizar la creencia de que solo la ciencia puede definir lo que es bueno o malo, algo que a mí parecer, tampoco nos llevará muy lejos.

Resumiendo: si vas a leer Sapiens, o ya lo hiciste, por favor ten presente que sus ideas son, paradójicamente, una ficción más entre tantas otras posibles.

Notas

Las críticas del libro salen de los siguientes artículos y reseñas (la que más vale la pena es la de Hallpike):

[1] La leyenda negra presente en el gran superventas de los últimos años — César Cervera

[2] A Response to Yuval Harari’s ‘Sapiens: A Brief History of Humankind’ — C. R. Hallpike

[3] How Humankind Conquered the World — Charles C. Mann

[4] How humans became human — Avi Tuschman.

[5] Sapiens: A Brief History of Humankind by Yuval Noah Harari – review — Galen Strawson

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